La edificación no ha quedado al margen de la evolución de nuestro sistema productivo promovido por el sistema técnico nacido de la revolución industrial. Ello la ha conducido hacia la sistemática dependencia de los recursos energéticos no renovables, hacia un uso sistemático de la litosfera como fuente de recursos y, en consecuencia, a convertirse en un productor considerable de residuos vertidos sobre el medio. Y aunque no lo haya hecho al mismo ritmo que otros sectores productivos, ha sufrido igualmente una transformación radical.
Si los sistemas constructivos basados en los materiales tradicionales -como la piedra, la madera o la tierra- y la utilización de la inercia térmica o las fuentes de energía renovables como proveedores de energía, eran ejemplos de uso de materiales en ciclo cerrado y de integración en los sistemas biosféricos locales, en la actualidad ni las técnicas de construcción ni los instrumentos para asegurar la habitabilidad en los edificios cumplen ya esas condiciones.
Por una parte, los materiales de construcción han abandonado su tradicional origen local para provenir de lugares cada vez más lejanos, y para ser producidos por procesos de transformación más ligados a la industria y alejados de la obra. La industria no sólo se ha convertido en el suministrador de los materiales de la edificación sino que, en una evolución paralela, las calidades que definen las prestaciones de los sistemas constructivos de los edificios, se han ido desplazando también desde la organización de los materiales adquirida en los procesos de obra hacia las propiedades físicas de los materiales adquiridas en los procesos industriales de conformación.
De ese modo, el control de la calidad técnica de los sistemas constructivos se ha desplazado de la obra hacia la industria, asumiéndose con ello los inconvenientes ambientales que el sistema técnico industrial ha producido y, debido a la enorme cantidad de materiales implicados en la edificación, erigiéndose en una de las actividades de mayor impacto.
Por otra parte, la habitabilidad que proporciona la edificación –y que es su principal utilidad- cada vez depende menos de estrategias de relación con el entorno inmediato para pasar a ser suministrada por sistemas mecánicos alimentados por energía comercial. Con ello, la edificación requiere un flujo continuado de recursos energéticos para proporcionar confort térmico, ventilación, movilidad, iluminación y otros tipos de servicios habitualmente asociados a la habitabilidad.
Ello ha generado tipologías de espacios nuevos –rascacielos o espacios habitables enterrados o ciegos respecto al exterior- así como la posibilidad de albergar densidades elevadas de público en volúmenes reducidos, pero a costa de una dependencia de unos recursos energéticos con un fuerte impacto ambiental asociado a causa –principalmente- de las emisiones que su uso genera.
La edificación se ha globalizado, ha cambiado la dependencia del entorno inmediato por la dependencia de recursos alejados en el espacio –y, como en el caso de los combustibles fósiles formados hace millones de años, en el tiempo- lo que ha ocasionado la homogeneización de la arquitectura en todo el planeta, en paralelo a la generalización de modos de vida similares en todo el mundo, y que se sustenta sobre un consumo exacerbado de recursos y su inevitable y simétrica emisión de residuos.
Al igual que en otras ramas de la producción, la sostenibilidad en edificación implica la reducción continuada de la generación de residuos, tendiendo hacia el cierre de los ciclos materiales. Eso es, regenerando los residuos para devolverles la cualidad de recursos y que permanezcan disponibles para las generaciones futuras en el marco de un medio libre de la amenaza de la contaminación.
Como consecuencia, el objetivo sostenibilista en el campo de la edificación debe ser el establecimiento de estrategias de obtención de la habitabilidad desde la consideración de la necesidad del cierre de los ciclos materiales implicados en ellas.
Me parece un tema de sumo interes ya que el mundo requiere de nuevas estrategias para conservar el medio ambiente. Excelente publicación.
ResponderEliminarLineth
Muy buena publicación, a mi concepto aun falta un poco por recorrer en este tema en nuestro pais no por la falta de información, sino que el tema debe formar parte de la cultura de todos y que no sea solo aplicado en las obras civiles. Debemos tomar conciencia que el cuidado al medio ambiente es un asunto que debe formar parte de nuestro diario vivir y que cada mala acción sobre puede repercutir en daños a largo plazo. Muy nutrida la información, ojala todas las obras sean orientadas a la construccion verde, saludos.
ResponderEliminarInteresante artìculo, ojalà muy pronto en Panamà se tome en serio el tema ambiental y se incorpore en los diseños de grandes edificacione.
ResponderEliminarEstimado Arquitecto Rodríguez:
ResponderEliminarEntiendo que los sistemas constructivos sostenibles son la nueva alternativa, manera u forma de hacer edificaciones utilizando materiales más amigables con el medioambiente contribuyendo así; con la protección, preservación y conservación del medio ambiente y los recursos naturales de la Tierra y principalmente de la Salud del Planeta.
Yo considero que es posible combinar “Construcción y Desarrollo” con “Protección y Conservación del Medio Ambiente”, siempre y cuando los sistemas constructivos sean sostenibles.
¡Excelente Blog me parece interesante las nuevas tendencias y métodos en la construcción!